En el marco de la política de Sustentabilidad de la compañía, y celebrando el día Mundial del Medioambiente, Aeropuertos Argentina realizó la segunda edición del proyecto “Rebrote” que desarrolla un bosque nativo con el fin de compensar parte de la huella de carbono emitida por la operación del aeropuerto.

En el marco de la estrategia de Sustentabilidad de la Compañía y a través de un trabajo conjunto de Aeropuertos Argentina Cargas y el Aeropuerto Internacional de Ezeiza, se realizó la segunda edición del proyecto “Rebrote”. La iniciativa apunta a la forestación en el predio del aeropuerto con la incorporación de 50 árboles nativos que se suman a los 100 plantados el año pasado, cuando comenzó el proyecto. El objetivo es generar un bosque de especies nativas y mitigar parte de la huella de carbono que emite la operación de este aeropuerto. 

El nuevo bosque está instalado al ingreso del aeropuerto, esta vez del lado de la terminal de Aeropuertos Argentina Cargas y alejado de las plataformas de aviones para resguardar la seguridad operacional.

Durante la jornada de plantación se buscó crear sinergia entre unidades de negocio, con actividades que no sólo son de concientización, sino que marcan y dejen huella en las personas.

Participaron alrededor de 50 voluntarios de Aeropuertos Argentina Cargas y de la UN Ezeiza, quienes fueron convocados con el objetivo de generar concientización del cuidado del medioambiente con la generación de pulmones naturales.

Además, la acción está alineada con la campaña “Nuestra tierra, nuestro futuro” de Naciones Unidas que promueve la #generaciónrestauración. Con proyectos como este Aeropuertos Argentina aporta, no solo a la reducción de las emisiones, sino también, la regeneración de la tierra para contribuir a crear un mundo mejor.

Las plantas autóctonas propias de un país o región no sólo ayudan con el ahorro de agua y de sistemas de riego poco económicos, sino también en el trabajo de cuidado y de mantenimiento. También, sostienen el equilibrio del ecosistema ya que están adaptadas a vivir con el agua de lluvia o poco suministro externo y contribuyen a bajar la temperatura atmosférica y del suelo, reduciendo el daño producido por los incendios en la región.

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