Ubicada en Balcarce 668, estuvo casi 20 años sin funcionar como tanguería. Hoy vuelve de la mano de su propietaria Liliana Carcavallo. Allí, en San Telmo, en el mismo lugar que vio brillar a los artistas más destacados del 2×4.

En pleno centro histórico, Casablanca vuelve a la escena porteña. Está ubicada en Balcarce 668 y supo ser una de las pioneras y principales casas de tango que vivieron su apogeo a fines de los 60.

Después de casi 20 años está de regreso esta mítica tanguería en la que decidió invertir la empresaria Liliana Carcavallo.

“Hoy, y gracias al esfuerzo y el compromiso de todo un equipo de profesionales que confiaron en el proyecto, podemos decir que tenemos un show de tango de altísimo nivel”, aseguró.

Está justo al lado del reconocido café Molière, que será el encargado de la gastronomía. Para que el visitante viva una experiencia a pleno, habrá opciones para disfrutar de un asado en la terraza del local o de un exquisito menú a la carta.

En Casablanca, ningún detalle está librado al azar y Liliana Carcavallo supervisa todo. El piano blanco remite a la película protagonizada por Humphrey Bogart e Ingrid Bergman y ese es el punto de partida que marca el inicio del espectáculo.

El cantante principal es Ariel Altieri, quien junto a la coreógrafa Débora Agudo comparte la dirección general. Los acompañan una voz femenina, cuatro parejas de bailarines y una orquesta liderada por el maestro Ariel Rodríguez.

Un poco de historia

Las paredes de este templo del tango guardan anécdotas y secretos de las más grandes figuras de la época como: Virginia Luque, Susana Rinaldi, Enrique Dumas, Jorge Sobral, María Graña, Hugo Marcel y Néstor Fabián; las orquestas de Leopoldo Federico, Raúl Garelo, el Sexteto Mayor y Jaime Torres. También sobre ese escenario dejaron sus huellas Juan Carlos Copes y María Nieves, El Chúcaro y Norma Viola y el Ballet Brandsen, entre otros.

Tango para todos

El show, que dura 80 minutos, tiene todos los condimentos necesarios para seducir tanto a los viajeros extranjeros como a aquellos locales que quieran redescubrir la identidad rioplatense.

Las funciones serán viernes, sábado y domingo a las 21 horas.

Cosas de familia

No es casual la elección de Liliana Carcavallo. Su tío abuelo fue Pascual Carcavallo, empresario y fundador del Teatro Alvear (1942).

Allí la llevaba muy seguido su padre que la despertaba todas las mañanas con tango y folclore.

Entre tantas anécdotas y recuerdos, Liliana cuenta que jugaba entre bambalinas con el hijo de Mariano Mores y afirma que Enrique Santos Discépolo escribió algunos de sus sainetes y las letras de varios de sus tangos en una estancia, propiedad de Don Pascual, que visitaba en busca de inspiración.

Pero recién hace 20 años, Liliana comenzó a bailar tango y a frecuentar milongas. Allí, esta abogada educada en un colegio inglés, volvió a abrazar sus raíces, los recuerdos de familia y el amor por el tango. Hoy, al frente de Casablanca, está empeñada en devolverle su brillo y convertirla en la tanguería con más glamour de Buenos Aires.

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