Mucho más allá de la salchicha y el chucrut, es importante destacar que Alemania tiene una de las cocinas más diversas y deliciosas del mundo. Proveniente del Mar Nórdico a los Alpes, cada región tiene sus especialidades, preparadas en base ingredientes nativos.

Por esta razón, la La Oficina Nacional Alemana de Turismo (DZT) se encargó de seleccionar platos y resumir sabores de los principales pueblos alemanes, para aquellos que sueñan con el próximo viaje a Alemania, se sientan cada vez más cerca:

Hamburgo

Conocida por ser la Venecia germánica, la encantadora y cosmopolita ciudad de Hamburgo está bañada por el mar del Norte y por hermosos ríos, como el Elba. El clima oceánico es ideal para probar uno de los platos más tradicionales de la región llamado “Pannfisich”, es decir, pescado frito, servido con salsa de papas y mostaza. Este plato es el acompañamiento perfecto para degustar el Vino alemán Pinot Blanc.

Brandeburgo

Ubicado en el centro de Berlín, Brandeburgo es el lugar de los mayores contrastes en Alemania. Cosmopolita y al mismo tiempo campestre, con lagos y paisajes verdes. Como en todo el este de Alemania, las sopas de papa realmente se destacan durante los meses más fríos del año. Sin embargo, la versión berlinesa de “Kartoffelsuppe” es tan deliciosa y fácil de hacer que puede ser un placer probarlo durante todo el año.

Por otra parte, también se encuentra la “Birnentorte”, un pastel de peras en capas servido con crema o chocolate. El pastel se puede encontrar en varias deliciosas variaciones Pinot Blanc vino dulce y afrutado con aromas de peras, membrillos y cítricos son el acompañamiento perfecto.

Turingia

“¿En qué otras tierras alemanas hay tantas cosas buenas en un lugar tan pequeño?”, así definió a esta ciudad el importante escritor Goethe. Ubicada en Alemania central, el estado es conocido por sus rutas históricas, culturales y naturales. Este estado caracterizado por la figura famoso Martin Luther, también atrae a turistas de en todo el mundo por el manjar alemán más conocido del mundo: la salchicha.

Disfrutado por primera vez hace más de 600 años, la llamada “Thuringer Bratwurst”, sigue siendo la más popular, preferida por jóvenes y viejos. Compuesta por carne de cerdo o ternera de Turingia, este plato tradicional es sazonado con mejorana, semillas de comino, ajo, sal y pimienta. Se recomienda acompañarlo junto a la cerveza tradicional alemana.

Renania-Westfalia

El estado de Ludwig va Beethoven, es el estado más poblado de Alemania, ya que cuenta con diversas ciudades culturales y vibrantes, tales como Düsseldorf y Colonia. A orillas del río Rin, fluente que atraviesa todo el estado de Renania-Westfalia, turistas y ciudadanos, pueden deleitarse con “Printen”, el pastel de gengibre de Aachen, que puede tener versiones con nueces, almendras, chocolate o azúcar glaseado. Una opción ideal para una tarde en familia.

Renania-Palatinado

Destino adecuado para turistas amantes de la naturaleza. Renania-Palatinado es la tierra de las personas felices y los hermosos paisajes y castillos. Este estado es conocido en Alemania como el reino del vino, donde el manjar principal del estado es el delicioso “Pfalzer”, una carne de cerdo salteada con papas, chucrut y champiñones. El clásico vino Riesling producido en las bodegas de la región, es el acompañamiento perfecto.

Baden-Wurttemberg

Ubicado en el sur de Alemania, el estado de Baden-Wurttemberg es el destino soñado por los amantes de cuentos ambientados en la fascinante Selva Negra. Con una gastronomía internacionalmente conocida, el estado tiene, además de la Selva Negra, otro manjar que debe probarse, el “Schwäbische Maultaschen”.  Son ravioles rellenos de carne de cerdo, cebolla y perejil, cocinado en caldo o frito en una sartén con mantequilla o servido . Para acompañar, el vino Trollinger rojo y ligero es ideal.

Baviera

Siendo uno de los destinos más reconocidos en todo el mundo, Baviera cuenta con innumerables pueblos pintorescos, ciudades medievales, castillos, iglesias barrocas, fútbol y diversos eventos. El estado también cuenta gastronomía de primer nivel.

Prueba de esto, es el plato bávaro “Semmelknodel”, albóndigas de pan empapadas en salsa. Elaborado con pocos ingredientes, esta delicia armoniza con el buen Grauburgunder, increíble vino de la región de Franconia.

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