El primer vuelo en avión es una experiencia inolvidable y ni hablar de aquellos que tienen la posibilidad de subir a un helicóptero o a un bimotor. Cruzar el cielo en absoluto silencio, observar la inmensidad y la calma que ofrecen las alturas.

Los aeroclubes tienen una mística y aquellos que se acercan por primera vez, al menos por unas horas, siempre planifican volver. Es la pasión por observar desde arriba el mar de césped verde, sentir el cielo más amplio y cercano, diferenciar el ruido de las aeronaves y aprender a cuál modelo pertenece, pero nada como esa sensación tan amada que es volar. Entre sierras, subidas y bajadas en la ciudad serrana se encuentra el AeroClub Tandil que ofrece a locales y turistas la posibilidad de recorrerla desde el aire con vuelos que salen todos los días con diferentes circuitos pensados para satisfacer a los diversos gustos.

Ubicado a tan sólo 7 kilómetros de la ciudad y fundado un 8 de diciembre de 1940, este espacio aspira a crecer vertiginosamente de la mano de su nueva comisión. El sol cae por la izquierda mientras un motor se enciende para recibir entre colores rojos, naranjas y amarillos un atardecer paradisíaco y, de esta manera, adentrarse por distintos circuitos rurales o urbanos (lo que el pasajero elija) pero desde el aire. Una oportunidad inolvidable para visitar la ciudad desde otra perspectiva.

Durante media hora los amantes del vértigo y la libertad podrán adueñarse del cielo tandilense y conocer desde otro ángulo del terreno y viviendo una experiencia distinta, los encantos de este destino que siempre sorprende con algo nuevo.

La institución sin fines de lucro y dónde todos trabajan ad honorem -hasta las autoridades aeronáuticas- cuenta con 40 pilotos que recorren permanentemente desde las alturas paisajes inexplorados. Pero, además, en este espacio existe una escuela que instruye pilotos, y para esto cuentan con un simulador de vuelo que utilizan los aspirantes hasta que obtienen su licencia y se lanzan a la aventura de salir al cielo solos. Las mujeres también han copado este espacio y se introducen en esta aventura cada fin de semana.

El jefe de aeródromo y presidente del club Juan López, comentó que aún la gente no conoce que en Tandil es posible vivir esta experiencia y hacer distintos recorridos aéreos. “Actualmente estamos asociados con las Guías de Turismo y trabajamos también con el área de Turismo de la Municipalidad. Nuestras puertas están abiertas los 365 días del año, y el lugar cuenta con una cafetería que está en proceso de ser activada, pero tenemos muchos proyectos a futuro”, dijo López.

Lo novedoso es que los vuelos se pueden compartir entre tres personas, lo que hace que cada vez sean más los que se animen a volar y los costos se vuelven más accesibles. Pero además se suman a la oferta, paseos nocturnos que regalan postales únicas de Tandil.

La ruralidad es la opción elegida por muchos turistas que llegan a la ciudad de visita, para descansar y desconectarse de las grandes urbes, es por eso que el Aeroclub ofrece esta opción. “Acá se puede venir a pasar el día, hay parrillas, mucho verde y espectáculos aéreos para disfrutar en familia. Y a eso le sumamos el aeromodelismo que atrae la atención de muchos niños que, durante la semana, vienen a la Escuela a tomar sus clases”, dijo López.

La ciudad sin dudas despierta sentidos –algunos dicen que son 5, otros 6,-el turista elegirá si se atreve a despertarlos todos juntos, con una picada al aire libre, un asado en alguna de las parrillas, unos mates con tortas sobre el césped verde y una vuelta en los pájaros metálicos o si se toma algunos más (y descubre los 26 sentidos que según dicen tenemos los seres humanos) y le dedica un día entero a cada uno de ellos.

Volar en Tandil es un hecho. www.aeroclubtandil.com.ar

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