En el Día Mundial del Medio Ambiente que se conmemora el 5 de junio, Turismocity recopiló algunas claves a tener en cuenta para ser un turista comprometido con la causa.
Producto de los cambios climáticos que se están viviendo y los problemas que generan en el medio ambiente, comenzó a surgir una marea verde que parece llegar (al fin) como una tendencia: la preocupación y concientización social sobre problemáticas ambientales. De la mano de esto, muchos viajeros están cambiando su forma de viajar, eligiendo destinos sustentables y adaptando sus costumbres al cuidado del medio ambiente.
1.No dejar basura: Parece obvio pero mucha gente aún no lo aplica. Vayamos donde vayamos, si generamos basura, tenemos que levantarla y tirarla en el tacho que corresponda. Lo mismo si encontramos basura de alguien que estuvo antes, no cuesta nada levantarla también y dar el ejemplo.
2.Usar productos ecológicos: Hoy en día la mayoría de los productos tienen su versión “eco”, que se fabrica con recursos orgánicos que no contaminan el medio ambiente. Eligiendo comprar estos productos aportamos también nuestro granito de arena a reducir la contaminación ambiental. Cabe aclarar también que este punto incluye evitar el uso de productos tóxicos como, por ejemplo, los aerosoles.
3.Respetar a las especies: Cada especie, ya sea animal o vegetal, tiene su propio hábitat y en muchos casos, la intervención humana en su espacio, puede afectarlos. Es por eso que no hay que alimentar animales ni tocarlos sin la autorización de un guía ambiental. Lo mismo aplica a los comercios que lucran con atracciones turísticas de entretenimiento con animales, como los circos, zoológicos o acuarios. Los animales fuera de su hábitat pueden sufrir desde estrés, hasta enfermedades y peligro de extinción: no colaboremos con este tipo de negocios.
4.Reducir, reutilizar y reciclar: Podemos reducir la contaminación utilizando productos reciclables y reutilizando los que se puedan, por ejemplo, llevar siempre bolsas de tela para no usar bolsas de plástico cada vez que compramos algo; o tener una botella de agua recargable. Por último, siempre que se pueda, reciclar: tiremos cada residuo en el tacho correspondiente.
5.Elegir medios de transporte sustentables: Evitar el auto, de ser posible, y reemplazarlo por la bici o el transporte público es otra forma de colaborar con la ecología. Además, nada mejor que recorrer un destino a pie, o en bici pudiendo aprovechar mejor del entorno.
6.Tener conciencia de problemas ambientales: Todos sabemos que la escasez de agua potable es un problema mundial grave. Es por eso que otra de las claves es evitar el uso abusivo del agua en cantidades desmedidas. Lo mismo con el aire acondicionado: apagarlo si no es necesario, utilizarlo en una temperatura razonable y no enfriar de más.
7.Contribuir a la economía local: Colaborando con comerciantes y guías locales ayuda al desarrollo de la economía de destinos que viven del turismo. Estos lugares dependen completamente de nuestra contribución para poder conservar los recursos naturales de la mejor manera.
Algunos ejemplos de destinos involucrados en este tema son los siguientes:
Costa Rica. Una de las principales referencias cuando se trata de la preservación del medio ambiente y el primero en crear su propio sello de calidad para empresas turísticas: el CST (Certificación para la Sostenibilidad Turística).
Más del 25% de su territorio está dedicado a parques y reservas nacionales y tierras protegidas. Muchas de sus políticas públicas y privadas están al cuidado de la biodiversidad que habita su territorio.
El ecoturismo en Costa Rica es un caso de éxito debido al trabajo en conjunto de empresas privadas, ONG internacionales y nacionales, organizaciones gubernamentales y a la interacción entre la amplia red de áreas protegidas.
Islas Galápagos, Ecuador. Uno de los mayores impulsores del ecoturismo, especialmente desde el Parque Nacional Galápagos, el cual se ha gestionado cambios en el turismo de Galápagos. Por su situación geográfica, es determinante para conformar un medio biodiverso para su flora y fauna, al recibir distintas corrientes oceánicas. También tiene mucha valoración internacional que ayuda a su conservación, siendo considerado Patrimonio Natural de la Humanidad.
Su encanto está principalmente en la posibilidad de interactuar con las variadas especies de animales terrestres y marinos, mediante sus las principales actividades: snorkel, buceo y excursiones destinadas a la observación de animales.
Fernando de Noroña, Brasil. Declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, este archipiélago situado a 215 millas de la costa de Brasil, famoso por sus increíbles paisajes, playas paradisíacas y vida silvestre es, además, un destino ideal para los viajeros ecológicos.
En su isla principal, las playas tienen un límite de visitantes diarios de 400 personas, que permite su preservación ambiental y la protección de su vida marina. Para cuidar de esto, además, se les cobra un Impuesto de Preservación Ambiental de alrededor de $70 usd por semana (que aumenta cuanto mayor sea la estadía) a cada persona que visita la isla, así como también una tarifa para acceder al Parque Marino.