Van ya siete meses y medio que desde este medio venimos contando como el 95% de los entendidos y actores en la industria, aseguran que es insostenible cualquier emprendimiento empresarial en la actividad aérea con la tarifa mínima desregulada y con un dumping instalado que solo garantiza competencia predatoria y guerra de tarifas.
En este esquema todas la empresas tradicionales y las low cost del país arronjan perdidas más allá de las que contempla una industria que per-se es deficitaria.
Cuestión que…tras intensas charlas que no trascendieron con claridad pero que fueron protagonizadas por las máximas autoridades del Ministerio de Transporte, de la Secretaria de Turismo y Jefatura de Gabinete, habrían salido a la luz una serie de deudas millonarias que el Grupo Aerolíneas tiene con EANA –Empresa Argentina de Navegación Aérea-, Intercargo y una petrolera, porque cuando desde ARSA se solicitaron los fondos los mismos no habrían sido autorizados por el Ministro Guillermo Dietrich, quien además, según fuentes aeronáuticas no permite el cierre de la paritaria del Grupo Aerolíneas y Austral para profundizar un conflicto mayor con los gremios y así justificar ante sus pares el déficit de ARSA ocasionado por la política aerocomercial implementada en lo tarifario y en lo estratégico. Esto último referido al achique de la flota internacional y las rutas de ese mercado generador de los dólares que la empresa de bandera necesita. Recordemos los cierres de Barcelona, Brasilia, Cuba y Bello Horizonte.
Todo esto llego a oídos del Jefe de Gabinete Marcos Peña iniciándose así una turbulencia importante con Dietrich, que se transformó en severa cuando en Jefatura de Gabinete se conoció que autoridades de Flybondi comunicaron en la Secretaria de Turismo que de seguir con esta política tarifaria el nivel de perdidas sería insostenible y dejarían de operar a fin de este año.
Mientras, se profundiza la crisis en Andes que perdió su contrato con Travel Rock quedándose sin los vuelos de viajes estudiantiles. Avianca va en el mismo camino ya que ambas compañías no pueden afrontar las ventas de pasajes por debajo del costo –dumping-, política tarifaria que también es practicada por Aerolíneas Argentinas, desde que la implemento Flybondi mediante resolución del Ministerio de Transporte.
Entre tanta turbulencia y visibilidad reducida, JetSmart está presente pero tímidamente, da la sensación que mira y hace cuentas. Al menos eso se advierte cuando uno observa la programación de sus vuelos diarios desde Palomar donde opera la tercer low cost en sumarse al mercado argentino.
A mitad del mes de mayo el Ministro Dietrich no atraviesa su mejor momento, los resultados no acompañan. Estos manejos y números poco claros, turbulentos y confusos lejos de motorizar la revolución de los aviones, la inmovilizan, cual aeronave en plataforma que inicia un profundo pernocte.