Tomarse vacaciones es un derecho, claro que sí. Un derecho que la mayoría de los argentinos no puede plasmar por razones no aeronáutica y que no debería ser visto como un privilegio, pero… también pasa.
He presenciado exposiciones realmente magníficas del actual Administrador Nacional de Aviación Civil, Gustavo Marón en la universidad nacional de cuyo y he sido uno de los que aplaudió con placer.
Ahora bien. En una carta que Marón escribió como primer mensaje y contacto con la gente que trabaja e integra ANAC afirmo “la decisión no fue fácil porque supuso dejar atrás familia, hogar, docencia, investigación y una profesión que me permitía vivir cómodo, sin mayores contratiempos. Decidí salir de la zona de confort ante la certeza absoluta de que la ANAC se encuentra en una situación crítica y que su colapso puede arrastrar consigo a toda la Aviación Civil. Medí (y medí bien) que, si la recuperación no empieza ya mismo, el proceso de deterioro será irreversible. Es ahora o nunca, y es a todo o nada”
Dicho esto, el problema no radica en que el Administrador Marón se haya ido de vacaciones el tema es otro y tampoco es de orden técnico. En el sector privado un exitoso ejecutivo puede ser convocado por una empresa para asumir un cargo directivo y como parte de esa negociación puede conseguir vacaciones anticipadas, pero en la función pública la cosa es distinta. Y ante la emergencia que vive la aviación civil del país por las razones que el propio Marón expone en su mensaje y que desde este medio compartimos, no hay espacio. Cuando alguien asume un cargo público su accionar es por carácter transitivo, político y no técnico.
El mismo Administrador menciona la inminente llegada de la FAA*-Federal Aviation Administration- al país en marzo para evaluar entre otras cosas si Argentina mantiene o no la categoría uno. Es más, en esa línea mediante un creativo y atractivo video a bordo de un planeador sostiene que la tarea por delante en titánica, pero…se fue de vacaciones.
(https://x.com/diego_domi/status/1760315267672948954?t=MFFhf-p5TxvFh8U57EOeLw&s=03)
Liderar la autoridad aeronáutica, al estado argentino como integrante de la OACI por su intermedio no debe ser para cualquiera.
Coincidimos desde aviacionenargentina con el diagnóstico del Doctor Marón sobre lo degradado que esta el organismo y la aviación civil del país; hemos publicado los tristes, dolorosos pero reales resultados de la auditoría OACI en su momento https://aviacionenargentina.com.ar/auditoria-oaci-en-argentina-anac-con-el-61-no-alcanza-el-promedio-mundial-la-jst-muestra-el-camino-con-86-4/, pero evidentemente el actual Administrador con su accionar como funcionario público, no acompaño las palabras escritas en su primer contacto con los integrantes de ANAC. Compartimos el texto completo de la misma.
“Dirijo estas mil palabras a toda la gente valiosa de la ANAC.Hoy, 15 de febrero de 2023, se ha publicado en el Boletín Oficial de la República Argentina el Decreto N° 131/2024, conforme al cual el Presidente de la Nación, Lic. Javier Milei, me ha honrado como sexto Administrador Nacional de Aviación Civil.En esta, mi primera comunicación oficial, pretendo presentarme y expresarles con claridad cuáles serán mis objetivos, mis metas y mi estilo de gestión.Medité mucho acerca de la mejor manera de escribirles, porque las formas también son importantes. Finalmente elegí comunicarme desde el corazón. No desde mi corazón de carne, infartado y amenazante, sino desde mi alma, donde cultivo desde niño un amor profundo por la aviación, sus diferentes realidades y su gente.Yo no busqué estar en este lugar. No urdí planes, no me postulé para el cargo, no pisé a nadie para llegar hasta aquí. Fui convocado, reflexioné y finalmente acepté la convocatoria. La decisión no fue fácil porque supuso dejar atrás familia, hogar, docencia, investigación y una profesión que me permitía vivir cómodo, sin mayores contratiempos.Decidí salir de la zona de confort ante la certeza absoluta de que la ANAC se encuentra en una situación crítica y que su colapso puede arrastrar consigo a toda la Aviación Civil. Medí (y medí bien) que si la recuperación no empieza ya mismo, el proceso de deterioro será irreversible. Es ahora o nunca, y es a todo o nada. Por eso, mi primer objetivo consistirá en detener el proceso de degradación para, después, ir mejorando de a poco, día por día. Tengo plena conciencia de mis limitaciones y también de mi finitud temporal. La continuidad del Estado requiere la estabilidad de sus instituciones. No soy el primer Administrador ni tampoco seré el último. Mi segundo objetivo será, pues, entregar a mi futuro sucesor una Administración mucho mejor que aquella que me tocó recibir.Con los pésimos resultados obtenidos en la última auditoría de la Organización de Aviación Civil Internacional, con el peligro de degradación que entraña la inminente auditoría de la Federal Aviation Administration y con nuestros cuatro aviones fuera de servicio, hoy somos el hazmerreir de la Aviación Civil en su conjunto. Nadie nos toma en serio, no somos respetados y mucho menos admirados. Es más, somos percibidos como un estorbo por casi todos los explotadores a quienes deberíamos servir. Mi tercer objetivo será atacar el fondo de la cuestión, mejorar nuestras calificaciones internacionales y volcar esa capitalización a la comunidad aeronáutica.Ya en los últimos meses de la gestión anterior advertí como usuario el clima de desánimo, apatía y malestar que era evidente en la ANAC. Esa atmósfera enrarecida y deprimente ha comenzado a disiparse, como puedo confirmar en las miradas y sonrisas con las que me voy encontrando a diario, piso por piso, pasillo por pasillo. Mi cuarto objetivo consiste en volver a prestigiarlos, para que integrar la Autoridad Aeronáutica Argentina sea un motivo de orgullo y no de vergüenza o de pesar.Es evidente que apenas nos estamos conociendo. Ustedes están midiendo mi capacidad de liderazgo y yo estoy midiendo sus propias potencialidades y talentos. Con el tiempo ya no habrá un “ustedes” ni tampoco un “yo”, sino un “nosotros”. En determinado momento seremos una fuerza compacta en movimiento, ágil y con fuerte presencia en territorio. Construiremos lazos de respaldo mutuo y, a través de ellos, crearemos juntos una organización completamente distinta en la que cada cual trabaje feliz y pueda concretar su proyecto de vida. Ese es, precisamente, mi quinto objetivo.La ANAC representa para mí el último y el más alto peldaño de mi carrera profesional, pero sólo verán en mí gestos de gratitud y humildad. Vine a servir a la ANAC y no a servirme de ella. Eso explica que mis jornadas laborales sean de, por lo menos, doce horas. Eso explica que mi potencia se encuentre aplicada siempre a máximo continuo. Cuando me canso, recuerdo que empecé este largo camino a los catorce años, lavando aviones privados en el extinto Aeroparque de la Ciudad de Mendoza, para comprar luego las revistas Aeroespacio y Aerodeportes con el poco dinero que ganaba. Ese recuerdo vívido me da fuerzas para continuar.No vine a buscar culpables ni pienso perder tiempo en eso. La ANAC no implosionó por combustión espontánea, es evidente que la catástrofe tiene nombres y apellidos. Sin embargo, no iniciaré una cacería de brujas (que las hay). En su lugar, daré a los responsables la oportunidad de enmendarse bajo mi mando. Quienes no estén dispuestos, tienen la plena libertad de irse ahora. Los que se queden no encontrarán en mí a un vengador, sino a un hombre que, simplemente, trabajará.Creo fervientemente en que la ANAC no necesita una motosierra, sino un sacapuntas. Por ende, el sacapuntas será el símbolo permanente de mi gestión. Vamos a pulir por todos lados, vamos a mejorar lo mejorable, vamos a enderezar lo torcido y vamos a poner a punto este complejo mecanismo. También vamos a ahorrar, porque el país está en una crisis profunda y es cierto que las arcas del Estado Federal se encuentran en estado crítico.No les voy a pedir ningún esfuerzo que yo no esté dispuesto a hacer, ni sacrificio que yo no esté dispuesto a experimentar. Tampoco les voy a suplicar que me crean, que me acepten o que me sigan. Lo que tenga que ser saldrá de sus corazones y por eso mismo, será auténtico, sano y bueno. Y así, dentro de muchos años, tendrán historias memorables que contarles a sus nietos.Pretendo soltarles las manos, pretendo desatarles los nudos invisibles que les han anulado la iniciativa. Tras años de tascar el freno, es bueno que se acostumbren a tomar decisiones y que sepan que van a ser respaldados. La esencia de la libertad está en el coraje. Los quiero atrevidos, creativos e innovadores. Los quiero al ataque, en permanente ofensiva.Sepan, sientan y comuniquen que una nueva ANAC está en marcha.Atentamente,Gustavo Marón”
Por Diego Dominelli
Hola Diego : que supondría para la aviación nacional perder la Categoría 1?
Una vez perdida cuánto demoraríamos , si quisiéramos y pudiéramos solucionarlo , en obtenerla de nuevo?
Gracias y felicitaciones por tu trabajo !
Hola Julián! Gracias x tu comentario. En los últimos párrafos está detallado el problema o la limitacion que implicaría perder categoría 1. En casde que FAA nos baje a cat 2 dependerá de nosotros recuperar la 1. Hay que laburar a fondo en estos 65 días para empezar. Un saludo y gracias x seguir el portal