El presidente de la Asociación Latinoamericana y del Caribe de Transporte Aéreo asegura que el sector tiene un potencial de crecimiento muy grande en la región porque seguimos volando muy poco comparado con otras zonas del mundo. El futuro de una actividad que hoy genera cinco millones de empleos en esta parte del mundo. Compartimos la nota realizada por http://www.eldiaonline.com/de-oliveira-presidente-de-alta-viajar-en-avion-ya-no-es-un-lujo-es-una-necesidad/
Luis Felipe de Oliveira, presidente de ALTA (Asociación Latinoamericana y del Caribe de Transporte Aéreo), asegura que las perspectivas para el sector aéreo son muy positivas en la región. “Tenemos una extensión geográfica muy grande pero seguimos volando poquísimo comparado con otras zonas del mundo. Volamos un tercio de lo que vuelan los europeos por habitante, y un cuarto de lo que lo hacen los norteamericanos. Tenemos un potencial enorme y eso hace que nuestra región sea de las que más crece en el mundo: estamos por arriba del promedio global, creciendo cerca de 7% al año como bloque, y hay países destacados como la Argentina que los hacen a un ritmo de entre 14 y 15% anual”, explica.
Fundada en 1980, ALTA tiene hoy más de 35 aerolíneas asociadas que representan aproximadamente el 90% del tráfico aéreo comercial de la región. Durante el último Encuentro sobre Seguridad que se hizo en Buenos Aires, en una entrevista con Trade News, De Oliveira habló desde los altos costos operativos que el sector aéreo debe afrontar aquí –no sólo destacó la importancia de reforzar el diálogo entre los gobiernos, los aeropuertos y las aerolíneas, sino que propuso que se revisen ciertas concesiones-, hasta el papel de las aerolíneas de bajo costo (low cost), la nueva clase media emergente y la “Revolución de los aviones”, el programa del Gobierno argentino para el sector.
-Los expertos señalan que para hacer sustentable el crecimiento del sector aéreo se necesita de un trípode: invertir en infraestructura, reducir los costos operativos y pensar a largo plazo. Cuando se mira a la región queda en claro que tenemos déficit en los tres aspectos, ¿cómo hacen para lidiar con eso?
-Tenemos la perspectiva de los fabricantes de aviones que dicen que hasta 2036 vamos a duplicar el número de aviones volando en la región, pero además tenemos una región con necesidades específicas: tenemos que desplazarnos de un sitio a otro con vuelos muy largos. Por lo tanto necesitamos del transporte aéreo. Viajar en avión ya no es un lujo, es una necesidad. Ese es el gran cambio que tenemos que vislumbrar.
Si los pronósticos indican que vamos a duplicar el mercado no podemos construir aeropuertos que en 4 o 5 años estarán colapsados. Se necesita un plan de inversiones a largo plazo. ¿Cómo funcionaría eso? Sentándose con la industria a discutir las necesidades y posibilidades de crecimiento para entender cuáles son los desafíos y oportunidades del negocio y tomar las decisiones en conjunto. El diálogo y la comunicación entre los gobiernos, los aeropuertos, y las aerolíneas es lo más importante para todos, es lo que asegura que las inversiones se hagan donde se deben hacer.
Otro punto importante es que los costos en la región son muy elevados. Nuestra región paga más por la utilización de aeropuertos o por el combustible que otras regiones del mundo. Y por supuesto, cualquier crisis económica impacta en el costo del viaje para el viajero que utilizará el servicio.
Es muy importante que las concesiones que fueron realizadas en la región tengan una cierta revisión y doy algunos ejemplos concretos. En Colombia, que es un país muy importante de la región, prácticamente 48% de los ingresos brutos del aeropuerto van al Estado. En Chile esa cifra llegó al disparate de 72%. ¿Cómo puede un aeropuerto hacer las inversiones necesarias si el Estado tiene una participación tan grande? Como industria somos autosustentables, no necesitamos subsidios, pero tampoco que nos maltraten. Sacar recursos del sector aéreo para invertirlos en otras áreas es contraproducente. El valor económico que la aviación puede agregar es mucho mayor que simplemente sacarle recursos a la industria. Es importante tener inversiones, pero que sean de la mejor manera, direccionadas y usadas como corresponden.
-Parte del concepto de que volar deja de ser un lujo tiene que ver con el surgimiento de la nueva clase media global, que en el caso de la región tiene mucho peso en Brasil y México, de modo especial. ¿Cree que en eso las aerolíneas bajo costo tienen también un papel importante o como señalan sus detractores sólo terminan destruyendo el mercado tradicional y bajando el nivel de servicios?
-En los últimos 10 años, alrededor del 70% del crecimiento total del sector aéreo en América latina fue derivado de las ‘bajo costo’. Hubo una inclusión social muy grande de gente que viajó por primera vez con ellas. Hoy son muy fuertes en Brasil, México, Colombia y Chile. Estas aerolíneas son fundamentales para que la gente que va a volar por primera vez, lo haga.
La diferencia es que el modelo bajo costo viene del modelo europeo donde hay alternativas de aeropuertos (a los principales). El único aeropuerto alternativo que tenemos en toda América latina es El Palomar, que está empezando y está teniendo resultados bastantes positivos.
El low cost lo es para todos, las aerolíneas tradicionales se tienen que adecuar a las nuevas condiciones, al espacio entre los asientos, por ejemplo. Hoy se compite en una aviación que está más enfocada en cómo transportar más gente olvidándose quizás un poco de la calidad del transporte.
Pero para países grandes como la Argentina, que si lo ponemos de punta a punta es como ir de Lisboa a Moscú, la aviación es clave. ¿Cómo poder mover la gente de una punta a la otra del país si no tenemos aviación? Es un factor muy importante, y la inclusión social que aportan las low cost es muy importante.
-¿Es el fenómeno de las fusiones una manera de las aerolíneas de bandera de defenderse ante el avance de las aerolíneas de bajo costo?
-No creo que se parte de una estrategia de salvación sino de un fenómeno global. La aviación es una industria global y las aerolíneas tienen que estar conectadas con todo el mundo. Esas asociaciones globales tienen que existir para mejorar la competitividad y lograr el beneficio económico que lleva la aviación, que es conectar personas y mercados. Esos acuerdos y fusiones son muy importantes porque ayudarán a que el mercado latinoamericano se inserte en el mercado global. Hoy tenemos pocas conexiones con el mercado asiático, por ejemplo, que es muy importante y está en expansión.
-¿Hemos visto todo en fusiones?
-No, creo que es algo que seguirá. Es una tendencia que seguirá en el mundo. Las alianzas globales como Star Alliance, Sky Team y One World, muchas de ellas tienen copropiedad de una con otras.
Las low cost generan mucha más competencia en mercados domésticos. Hay muy pocas opciones de bajo costo con largo radio de vuelo. Asimismo las low cost se están encaminando a una participación accionaria con grupos mayores.
-El Gobierno habla orgulloso de la “Revolución de los aviones”. ¿Cómo se percibe desde afuera el cambio en la política aerocomercial de la Argentina?
-Yo hablo de la “Revolución de los aviones” cuando estoy fuera de la región como ejemplo de cómo un gobierno puede incentivar el transporte aéreo. Por supuesto que hay cosas por hacer, pero los permisos de vuelo que fueron otorgados en estos últimos meses superan a los de los últimos años.
Y sobre el miedo que había por el posible riesgo de desaparición de Aerolíneas Argentinas, los hechos demostraron que todo fue completamente distinto. Hoy Aerolíneas está trabajando de una manera más efectiva, reduciendo su déficit y quizás el año que viene se torna una aerolínea incluso lucrativa, y crece atendiendo más destinos.
Creo que es un lujo para ustedes tener un Gobierno que ve el valor de la aviación y la importancia de la actividad para llevar beneficios económicos a las ciudades que sirve. Lo que está haciendo la Argentina es un ejemplo que debería ser seguido por muchos países en el mundo.
-Si el uso del transporte aéreo para pasajeros está poco desarrollada en la región, ni qué hablar de lo que ocurre con la carga aérea. ¿Por qué pasa eso, porque es un medio de transporte caro y no es el más adecuado para el tipo de productos que comerciamos?
-Transportar una carga por avión es caro y por lo tanto se aplica para bienes de consumo perecederos o con valor agregado elevado. En términos de valor, cerca del 35% de todo el comercio mundial se mueve por carga aérea. Si analizamos nuestros países, vemos que siguen moviendo muchas materias primas. Tal vez cuando empecemos a producir bienes de consumo que tengan un valor agregado más elevado este tema tenga una posibilidad de crecimiento.
Hay algunas regiones para las que el transporte de carga aérea es muy importante, como para los bienes perecederos en Colombia y Ecuador con las flores, que es muy fuerte durante varios meses del año; el caso de Chile con el salmón y las frutas; Brasil con su polo de electrónica en Manaos para la región de San Pablo o aquí hay alguna cosa en Ushuaia o con los arándanos.
Pero todo es muy puntual. Si empezamos a consumir bienes con mayor valor agregado, el transporte de carga aérea también se incrementaría.
-Se reunieron en Buenos Aire para tratar el tema de la seguridad. ¿Cómo está la región en ese aspecto y cuál es el papel de la tecnología?
-El tema es muy importante por eso firmamos un acuerdo con IATA (Asociación Internacional de Transporte Aéreo) al respecto porque la prioridad número 1 de la aviación es la seguridad. Estamos trabajando mucho para que los gobiernos entiendan que la seguridad aérea es una prioridad independientemente de que se trate de una aerolínea bajo costo o alto costo (dice sonriendo), que los niveles y estándares de seguridad tienen que ser los mismos. El otro punto que estamos buscando con este acuerdo es que las aerolíneas más chicas tengan una responsabilidad en relación a la seguridad que quizá las grandes tienen. Buscar que haya una expansión del concepto de seguridad y que nadie se olvide de que es un tema extremadamente importante.
Cinco millones de empleos y un jugoso aporte a la economía de los países latinoamericanos
Invertir en infraestructura, reducir los costos y pensar a largo plazo. Si bien es cierto que los ingredientes de la receta que la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA) propone a los gobiernos de Latinoamérica y el Caribe para potenciar los beneficios económicos y sociales de la aviación no son nuevos, el contexto cambió: la demanda en la región está en plena expansión y el sector cobra mayor protagonismo cada día (se registran 300 vuelos por hora).
El peso actual de la aviación en la economía de la región ya es relevante: emplea a unos cinco millones de personas y se calcula que su contribución al PBI es de US$170.000 millones, pero, según Alexandre de Juniac, consejero delegado de la IATA, “para que responda a la demanda de conectividad y proporcione los beneficios económicos y sociales que realmente es capaz, los gobiernos deben cooperar con la industria para garantizar que esto se cumpla”.
Se calcula que cada año, en América latina y el Caribe se realizan 2,6 millones de vuelos que interconectan 385 ciudades y se transportan más de 2 millones de toneladas de mercancías…