Una serie de incidentes mayores y menores, más el accidente sucedido en Esquel dentro de la aviación general, volvieron a poner sobre la mesa, la precariedad y el pobre umbral de seguridad operacional que dejaron las administraciones de Irigoin e Insausti al frente de la ANAC.
Aun con la menor actividad aérea de la que se tenga memoria como efecto de la PANDEMIA que vivimos en el mundo, la aviación general del país protagonizo un alto número de incidentes y un accidente fatal.
En un tiempo político donde se pone el acento en un Estado presente, se abre un escenario distinto y una oportunidad para que ANAC –Administración Nacional de Aviación Civil- ocupe y ejerza con eficiencia las funciones de control y fiscalización de la actividad.
Marcelo Belelli trabaja en el aeropuerto de Ezeiza en los servicios de control terrestre y es Coordinador de ATE-ANAC para la Provincia de Buenos Aires. Sobre el tema Belelli afirma que en el marco de esta crisis PANDEMICA se abre una oportunidad para retomar la senda de la fiscalización y el control, camino que garantiza un mejor estándar de seguridad operacional.