Durante las últimas semanas se están viendo ofertas para volar a ninguna parte. Como parte de una estrategia innovadora producto del COVID-19 algunas empresas aéreas venden pasajes para pasear en avión, con salida y llegada al mismo aeropuerto.
Los denominados ‘vuelos a ninguna parte’ es una nueva oferta de viaje que están lanzando algunas aerolíneas y que consiste en subirse a bordo de un avión para aterrizar en el mismo aeropuerto de origen aeropuerto de despegue a cambio de sobrevolar zonas de interés o, simplemente, revivir la experiencia de volar.
La japonesa All Nippon Airways (ANA) ha sido una de las primeras aerolíneas en poner en práctica esta estrategia por no poder volar de forma normal de una ciudad a otra por la baja demanda o por restricciones específicas como efecto negativo del COVID-19
Es así que las compañías estén lanzando ofertas de pasajes a bajo costo buscando otras formas de paliar las pérdidas. La japonesa ANA ha sido una de las primeras en comprobar el éxito de su iniciativa.
Hace unas semanas decidió ofrecer un vuelo a bordo de su A380, en el que lo que se proponía era un viaje de hora y media con cócteles y regalos. Normalmente, el aparato cubre el trayecto entre Tokio y Honolulú. Durante el vuelo se cumplieron las normas de distancia social lo que permitió alcanzar solo un 64% de ocupación.
La demanda fue tal que tuvieron que realizar un sorteo para ver quien abordaba y quién no. En el avión, durante el mensaje de bienvenida del vicepresidente de ventas y marketing, Shinichi Inoue, se le escuchó decir que, si bien no irían a Hawai, habían intentado “que la gente pueda recrear esa experiencia”.
En Taiwán, StarLux Airlines, utilizó la misma estrategia ya que ofreció vuelos con una duración de tres horas y media y sobrevolando las Islas Pratas.
Un tercer caso fue el de Royal Brunei que lanzó billetes en la misma línea con cena incluida y 85 minutos en el aire sobre los bosques de la isla de Borneo.
Para no quedarse atrás en este incipiente negocio la australiana Quantas, tiene intención de volar a la Antártida para ofrecer a sus pasajeros vistas aéreas de la zona.
El COVID-19 y el ingenio popular ante la necesidad, que siempre tiene cara de hereje, han logrado este fenómeno denominado, “la vuelta al perro en avión”