El análisis de lo sucedido demuestra, fundamentalmente, que el Eurocopter AS350 B se estrelló contra cables que estaban debidamente señalizados. Asi lo detalla el informe preliminar realizado por la Junta de Seguridad de Transporte.

La Junta de Seguridad en el Transporte (JST) –organismo multimodal- emitió el informe preliminar respecto del accidente del Eurocopter AS350 B, en el que perdió la vida el piloto y su acompañante, el banquero Jorge Brito. El texto concluye anticipando: “Este informe presenta los hallazgos preliminares de la JST, sujetos a modificaciones conforme avance la investigación. El análisis, conclusiones, acciones y/o recomendaciones de seguridad operacional sólo serán publicados en el informe de seguridad operacional”. Esto significa que no hay una razón oficial y válida aún para explicar lo que le sucedió al helicóptero.

Sin embargo, es posible inferirla, al menos parcialmente. El primer eslabón de la cadena trágica comenzó con un cambio de rumbo: el piloto pidió autorización para realizar un sobrevuelo sobre el Dique Cabra Corral y continuar por el río Juramento. El helicóptero había despegado del helipuerto de Finca las Costas hacia el aeródromo privado de Inversora Río Juramento. A ese mismo punto había llegado Jorge Brito la noche anterior con su Challenger 600.

EL ACCIDENTE

Al sumergirse en el cañón del Río Juramento, el helicóptero se metió en el sistema se cables montados que se utilizaban para canopy. En total, cuatro líneas cruzaban el río de modo transversal. El helicóptero terminó cortando al menos dos de estas líneas, conformadas por cables de acero de 12 mm. El informe confirma que los cables estaban debidamente señalizado con bochones naranjas.

El texto explica que el helicóptero: “impactó con el corta cable la línea de señalización con bochones y la cortó. Luego, el helicóptero arrastró la segunda línea del canopy, cortándolo en la zona de amarre. El impacto con los cables habría sometido a la aeronave a esfuerzos y cargas excesivas, lo que provocó que una de las palas del rotor principal seccionara el botalón de cola. La aeronave perdió el control y se precipitó sobre el cauce del río. La misma impactó contra el agua en una zona de poca profundidad, con una leve variación de su rumbo hacia la izquierda. Además, se verificó que la aeronave impactó con 5 grados de picada y tomó contacto con el agua con su lateral y esquí derecho. El helicóptero quedó en su posición final con rumbo 040º”.

En consecuencia, las palas del rotor principal y el de cola se destruyeron totalmente. Y el consecuente impacto del helicóptero contra el suelo, destruyó totalmente la cabina, produciendo el fallecimiento de los dos ocupantes.

El informe de la JST asegura que no ha encontrado irregularidades ni en la capacitación de los implicados, ni en el mantenimiento del helicóptero.

EL GRAN INTERROGANTE

En los últimos nueve meses, Jorge Brito había seguido esa rutina: la de volar a Salta con el Challenger y luego realizar un vuelo en el helicóptero. El informe no detalla si ese esquema incluía volar en el cañón del río Juramento de modo habitual, o no. Ese elemento, la reiteración de la ruta de vuelo, tiene que ver con tratar de entender porqué el helicóptero impactó contra los cables de canopy si esa ruta se realizaba habitualmente y si el piloto sabía que allí estaban. Si en cambio, la ruta no formaba parte de la rutina del helicóptero y sus usuarios, es posible que los cables sorprendieran al piloto. Sin embargo, esto tampoco explica porqué el helicóptero decidió volar tan bajo, habida cuenta que el trazado de los cables va de los 10 a los 100 metros de altura.

El propio informe detalla: “El 22 de julio de 2005, la empresa Salta Rafting presentó una nota a la entonces autoridad aeronáutica, que en ese entonces era la Fuerza Aérea Argentina, informando que había montado un conjunto de cables de canopy sobre el río Juramento entre los Km 32 y 34,5 de la Ruta Provincial 47. En tal nota se describe que se instaló un conjunto de ocho cables, entre 10 y 100 metros de altura con respecto al nivel del suelo, señalizados a la entrada y la salida con un conjunto de globos (bochones), pintados de naranja para delimitar el área. También se dejó constancia de que la empresa estaba abierta a cualquier tipo de recomendación que la autoridad aeronáutica considerara necesaria para contribuir a la seguridad operacional. El 27 de julio del mismo año la empresa recibió la respuesta de la Región Aérea Noroeste de la Fuerza Aérea Argentina, que manifestó que no existía impedimento alguno para el montaje de los cables de canopy, ya que no estaban montados en una zona que interfiriera con la actividad aérea. También solicitaba una clara demarcación de la zona cableada para ser visible desde el aire”.

Seguramente cuando control de tráfico autorizó el cambio de ruta (figuran en el informe las comunicaciones del helicóptero) no se habló del nivel de vuelo.

Habrá que esperar al informe definitivo para ver si se logra esclarecer estos interrogantes habida cuenta que no parecen, al menos de modo preliminar, haber otros factores implicados.

Por, Alejo Marcigliano

Para descargar el informe hace click aquí https://jst.gob.ar/files/informes/80668955-2020.pdf

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