Para conocer al menos porque hoy celebramos los argentinos y argentinas el día de la soberanía nacional hay que remontarse al año 1845 cuando una flota anglofrancesa compuesta por buques mercantes y de guerra buscan navegar por el rio Paraná con económicos y coloniales.

El hecho sucede al norte de la Provincia de Buenos Aires en la vuelta de obligado, sobre la margen derecha del rio. Es allí donde las tropas criollas enfrentan a la primera y segunda potencia mundial que finalmente triunfa en la contienda.

El Gobernador de la Provincia de Buenos Aires era en esos años Juan Manuel de Rosas, su decisión política y militar de defender la navegabilidad del rio y la soberanía Argentina le valió el reconocimiento del General San Martín.

Hoy tantos años después, la soberanía de una nación también se ejerce mediante el ejercicio político, legal y operacional de sus cielos, con herramientas y recursos propios.

Es desde este concepto que hoy, 20 de noviembre de 2020, vendría bien apuntar algunas resoluciones adoptadas en el pasado reciente que disminuyeron nuestro poder soberano en la actividad aérea:

1-El uso unilateral de los tratados de fortaleza en beneficio de las empresas de países vecinos.

2-El convenio marco firmado con el Reino Unido, donde se ampliaron destinos y frecuencias sin que Argentina ponga con que empresas nacionales, estatales y privadas volara lo que le corresponde.

3- El acuerdo de Interchange –caso LATAM- que solo beneficio a filiales extranjeras del holding

4- El acuerdo firmado con los EEUU que puede provocar un daño irreversible en los intereses nacionales del sector

Los cuatro ítems señalados vieron la luz durante la fracasada revolución de los aviones, solo que la vigencia legal de los mismos garantizan el avasallamiento de nuestra soberanía, aerocomercial y económica, afectando de manera negativa las posibilidades de desarrollo con empresas y trabajadores argentinos.

Comentarios

  1. Estimado autor, seria enriquesedor que diera los fundamentos de por que esas decisiones le parecen que atentan contra la soberania nacional. Mas allá de la famosa doctrina Ferreyra que da fundamento a nuestra Ley de Política aerea de la decada del 70′, pero que esta vigentr a la actualidad, no hubieron muchos estudios o investigaciones nacionales sobre política aérea. Seria interesantebque reconstruyeran los espacios para discutir estos temas, mas alla del color o del relato politico que uno adhiera.

  2. LA REVOLUCION DE LOS AVIONES: Quienes encararon este proceso demostraron una vez más que la argentina estuvo a punto de reeditar la desaparición total de ELMA (Empresa de Líneas Marítimas Argentinas) con un proyecto exclusivamente financiero que incluía la oportuna gestión de hacer un enroque económico entre una empresa de aviación colombiana y una privilegiada del país. Abrir los cielos con el manejo de los medios resultó finalmente en un fracaso pre anunciado basado en la desaparición sistemática de la empresa de bandera. Entregar todo y recibir nada. Sin ninguna reciprocidad.
    Aerolíneas Argentinas siempre fue la noticia del terror que distrajo los desastres de la continua gestión política abusando de la mente ocupada de angustia de la población al verse condenada a la constante bancarrota por la inoperancia y corrupción de sus administradores. No es casualidad que cuando el país encuentre un hoyo negro en el camino, salen a la luz de los medios las pérdidas de Aerolíneas junto a temas del servicio doméstico en los barrios cerrados de los ricos llamados countries. LA HISTORIA SE REPITE frecuentemente. La velocidad de la información ayuda a ocultar esta realidad una y otra vez en todos los gobiernos. Y la gente se traga el sapo. Porque nadie les explicó que todos los servicios que perdió ELMA en su momento ahora son fletes que se pagan al exterior generando una permanente PERDIDA DE DIVISAS. La rentabilidad y riqueza de un país SE VA PARA AFUERA, los dólares SALEN, ya NO ENTRAN. Y por eso estamos cada vez peor.
    En 1980 un Jumbo 747 costaba cerca de 30 millones de dólares y un pasaje a Europa us$ 1,400. Hoy el avión reemplazo en nueva configuración más reducida (Dreamliner); vale cerca de los 300 millones (10 veces más) y los pasajes se llegan a vender a precios de remate a menos de us$1.000. Quienes hacen caja con estas ventas desesperadas de pasajes a futuro están condenando ciegamente al negocio a su desaparición futura. La explotación aeronáutica es cara y solo la pueden percibir en toda su dimensión quienes operan dentro de la misma con conocimiento y trayectoria profesional. La valiosa gimnasia de la vida laboral dentro de una cadena sincronizada de gestión de personas y equipamiento permiten afinar con la responsabilidad inherente al sistema el cuidado a los mínimos errores conducentes a los riesgos en la pérdida de vidas humanas. Se trata de operar con mentalidad espacial y visión aguda en la previsión de todas las acciones. Las opiniones de terceros “desde afuera” que solo ven a la actividad como un negocio financiero es la verdadera expresión de un desconocimiento total del sistema. Para operar espacialmente se necesita gente altamente capacitada y equipamiento de moderna tecnología y valor. Como en las comunicaciones, el avión es el futuro de los negocios y desarrollo del mundo y la explotación de las Líneas Aéreas solo será posible integrándolas en un contexto globalizado cuyo costo sea prorrateado con el turismo, la inversión y todo tipo de servicios a larga distancia. NO HAY OTRA OPCIÓN. La historia del fracaso se repite cuando la administración de la empresa aérea se maneja financieramente desde adentro de un Banco con acciones que siempre resultan en recortes irracionales, inapropiados, incompetentes y ausentes de toda visión. La meteorología y la densidad creciente del tránsito aéreo requiere afinar la calidad de la explotación operativa a diario en un ámbito en que los Estados apliquen políticas sustentables integrales donde la aviación comercial sea el herramental eficiente que propulse el desarrollo y progreso de las naciones con la eficiencia que demanda un servicio público dotado de la seguridad que merece. La visión del negocio aeronáutico debería ser siempre inversa a los demás, como la planificación de un vuelo. “Del resultado exitoso PARA ATRAS y HACIA EL PRESENTE” adoptando las acciones e inversiones con coherencia sin perder el objetivo de ese resultado final que no puede ser otro que brindar un servicio público con la responsabilidad que se merece. Jamás será un negocio explotado aisladamente. La supervivencia solo es posible con la integración y una visión clara de modernizarse permanentemente. Puede ser un fabuloso herramental de desarrollo pero como en un quirófano.. se necesita idoneidad profesional, responsabilidad, honestidad y compromiso en todos los sectores. Unir los extremos del país representa 6 (seis) horas de jet en una extensión equivalente a la 1/2 del continente europeo. La conectividad lleva TODO, progreso e inversión en épocas en que el mundo se transforma en una competencia donde la velocidad de gestión logra los mayores aciertos.

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