South African Airways (SAA) requerirá otros 8 mil millones del gobierno, además de los 2 mil millones ya prometidos, para ejecutar la reestructuración planificada para salvar el negocio, según informo City Press.
Esto se produce después de que el ministro de finanzas, Tito Mboweni, no lograra ganarse al comité ejecutivo nacional del ANC y convencerlos de que liquidar la aerolínea fallida era el camino a seguir.
Según el periódico, Mboweni quería liquidar la emblemática empresa y comenzar una nueva aerolínea con un mejor modelo de negocio; sin embargo, los riesgos relacionados con la liquidación, como los pagos de deudas y las cancelaciones de contratos, que podrían costar 50 mil millones, se consideraron demasiado grandes.
Los profesionales de rescate de negocios de SAA advirtieron previamente contra la liquidación del negocio, diciendo que el proceso dejaría a los acreedores prácticamente sin nada, ya que la compañía realmente no tiene tantos activos para vender, especialmente no lo suficiente para cubrir sus deudas.
En cambio, se está tomando la ruta de un extenso proceso de reestructuración, que requerirá que se entreguen a la aerolínea otros 8 mil millones en dinero de los contribuyentes. Sin embargo, el partido no lo ve como un rescate financiero, ya que financiaría un proceso de reestructuración.
SAA ha recibido casi 30 mil millones en rescates gubernamentales desde 1999, con hasta 10 mil millones garantizados a través de préstamos privados.
El gobierno ahora está luchando por encontrar el respaldo que necesita para proporcionar a SAA los 4 mil millones que ya ha prometido.
Se están encontrando R2 mil millones de las arcas del gobierno, aunque Mboweni, según los informes, duda de entregar el dinero, ya que provendría de fondos que deberían destinarse a la prestación de servicios y a atender las necesidades de los pobres.
Mientras tanto, los bancos locales, que se supone que están colocando los otros 2 mil millones, no quieren hacer negocios con SAA debido a sus operaciones comerciales fallidas. Darle a SAA una línea de crédito constituiría un préstamo imprudente.