El CEO del grupo Lufthansa, Carsten Spohr, afirmo “que el primer holding aéreo de Europa se prepara para convertirse en una compañía más pequeña una vez superada la crisis que ha generado la pandemia del coronavirus en el sector”
En declaraciones a la agencia de noticias EFE el líder sostuvo “el mundo en este sector será otro tras el coronavirus”, dijo Spohr al presentar los resultados económicos de 2019, ejercicio en el cual el exceso de capacidades y oferta en Europa, que presiona a la baja los precios de los pasajes de avión, es uno de los motivos por los que Lufthansa redujo su beneficio el año pasado.
El grupo, al que pertenecen las aerolíneas Lufthansa, Eurowings, Swiss, Austrian Airlines, Brussels Airlines y Edelweiss, mantiene sólo el 5 % de sus vuelos regulares hasta el 19 de abril debido al coronavirus y la caída de la demanda, aunque sus aerolíneas ofrecen vuelos especiales para repatriar a ciudadanos. Por este motivo Lufthansa va a dejar en tierra temporalmente 700 de los 763 aviones del grupo.
El grupo Lufthansa ha desplegado capacidades adicionales para transportar mercancía y que las cadenas de suministro para muchas empresas no se derrumben y en ese marco Spohr advirtió “Cuanto más dure esta crisis, será más probable que el futuro del transporte aéreo no se pueda garantizar sin ayudas estatales”,
Brussels Airlines, una de las empresas del Grupo ya pidió ayuda financiera al Estado belga, unos 200 millones de euros, según algunos medios.
Lufthansa, registró el año pasado un beneficio neto de 1.200 millones de euros, un 44 % menos que en 2018, por el aumento del coste del queroseno y la competencia en los precios de los billetes en Europa.
Spohr dijo al presentar los resultados que “la propagación del coronavirus ha llevado a la economía mundial y a nuestra empresa a un estado de excepción hasta ahora desconocido”.
Lufthansa, que se ha asegurado financiación por 600 millones de euros y tiene liquidez por 4.300 millones de euros, va a aplicar medidas de ahorro en todo el consorcio, una reducción de capacidades drástica, el trabajo a jornada reducida, que está subvencionado por el Estado alemán, y va a dejar de pagar dividendos por el 2019.
El Estado alemán asume el 60 % de la pérdida salarial neta del empleado que está a jornada reducida, y un 67 % si tiene hijos, y ha preparado unos 26.000 millones de euros para cubrir esta prestación y evitar que las empresas despidan a personal.
Esta medida ya se aplicó en la crisis financiera y permitió a las empresas mantener empleados cualificados, que es muy difícil recuperar una vez que son despedidos, y a los trabajadores mantener su empleo.