La low cost danesa se declaró insolvente y sus códigos de IATA y de aerolínea PF y 6F han sido bloqueados desde el pasado 2 de octubre. Con su quiebra, Primera Air afectó a miles de pasajeros que debieron resolver de manera autónoma el regreso a sus hogares si es que se encontraban en el extranjero al momento de la noticia. Desde la compañía culpan a la suba de combustibles, la dura competencia y el atraso de los Airbus 321NEO.
El pasado martes 2 de octubre y tras quince años de operaciones, la aerolínea Primera Air declaró su quiebra a través de un comunicado oficial. La low cost danesa nacida en 2003 como JetX a cargo de un operador aéreo islandés que luego pasó en 2008 a ser propiedad del grupo danés Primera Travel Group, se manifestó como insolvente afectando a miles de pasajeros.
En un mensaje a los clientes, el directorio de la aerolínea dijo que “hemos estado trabajando implacablemente para asegurar el financiamiento a largo plazo, pero no tuvimos más remedio que declararnos en bancarrota“. Culpan a la “dura competencia, los altos costes de combustible y varios eventos desafortunados imprevistos” en los últimos dos años, incluyendo tener que perder un avión debido a graves problemas de corrosión, lo que le llevó a una pérdida de 10 millones de euros.
Desde Primera Air expresaron que a pesar de un “comienzo fantástico” en 2018, las demoras severas con los nuevos aviones Airbus 321neo dieron lugar a cancelaciones forzosas y pérdida de ingresos. La rápida expansión de la aerolínea sin contar aún con suficientes aviones habría contribuido al colapso de una compañía que había crecido muy rápido y con rentabilidad. En su sitio web agradecieron a los clientes por su lealtad. “En este triste día nos despedimos de todos ustedes”.
Según dispuso la Autoridad Aviación Civil de Reina Unido aquellos pasajeros que se encontrarán en el extranjero al momento de la noticia, deberían solucionar de manera particular la forma de regresar a sus hogares o través de sus agencias de turismo.
Hacía pocas semanas atrás, la aerolínea había anunciado una base en España y vuelos a Estados Unidos desde Madrid, lo que representaba la cuarta expansión de rutas en tan sólo un mes. Primera Air operaba entre el Aeropuerto de Londres Stansted y Málaga, pero también desde diversos puntos de origen a Gran Canaria, Tenerife, Fuerteventura, Alicante, Mallorca y Barcelona.
Dos vuelos de Londres Stansted a Washington y Nueva York que debían partir el lunes primero de octubre por la noche, fueron cancelados cuando se supo la noticia y un vuelo de Birmingham a Málaga que se encontraba en el aire en ese preciso momento también. El aeropuerto londinense emitió un comunicado en el que pedía a los pasajeros que tenían reserva con la aerolínea que no fueran a sus instalaciones.
Originalmente Primera Air operaba vuelos chárter para importantes operadores turísticos escandinavos, pero gradualmente comenzó a vender plazas excedentes como billetes “solo vuelo” en algunos de los vuelos chárter programados en 2013. Los continuos buenos resultados permitieron a Primera Air incrementar tanto el número de rutas como la frecuencia de los vuelos, estableciendo así un modelo de negocio mixto de aerolínea chárter y regular. Actualmente, la mayoría de los vuelos de Primera Air eran regulares.