No escapa a nadie la noticia de que la semana pasada un voraz incendio azotó el Parque Nacional Yosemite en el estado de California en Estados Unidos. El combate para apagar las impresionantes llamas depredadoras se hace por tierra y también por aire. En este caso a los 20 helicópteros y 47 aviones cisternas se sumó una particular herramienta; un avión no tripulado asistía a los bomberos para que puedan avanzar por tierra para ir a los focos más peligrosos del incendio. De esta manera los trabajadores eran guiados por la pequeña aeronave para elegir recorridos con baja densidad calórica que permitía llegar sanos y salvos hasta el lugar donde debían dar la batalla.
Las diferentes agrupaciones de bomberos que participaron de la epopeya de apagar un incendio de tamaña magnitud no reportaron víctimas fatales ni heridos gracias a la precisión con la que este artefacto puede guiar a los trabajadores.
El incendio abarcó 77 mil hectáreas y fue combatido durante más de 15 días convirtiéndose en el sexto incendio más importante de la historia de California.